ALESSANDRO GUARNONE
El joven portero producto de la cantera del A.C. Milan, ha demostrado toda su capacidad futbolística en tan solo una temporada de la BOV Premier League Malta destancándose como uno de los mejores arqueros de la competición.
Considerado uno de los pilares fundamentales del Birkarkara F.C., sus actuaciones contribuyeron a la gran campaña realizada logrando la clasificación a la nueva UEFA Europa Conference League.
Como todo arquero crecido en Italia, roza la excelencia en cada uno de sus gestos técnicos y es muy sobrio al momento de aplicar cada concepto táctico a la realidad del juego. Pero principalmente, se destaca por el «ATAQUE AL BALÓN» en salidas bajas al momento de disputar un duelo, sea anticipando, en defensa del espacio o en disputa directa con el rival.
Para este artículo, Alessandro Guarnone no sólo analiza dos jugadas muy similares donde aplica el gesto técnico anteriormente mencionado, sino también nos cuenta la importancia de entrenarlo y aplicarlo correctamente.
En un momento en el cuál existe tanto debate entre los profesionales de la materia por la famosa «cruz», «la split save» o el «ataque al balón en salidas bajas», nada mejor que las palabras de los protagonistas.
Muchas gracias Alessandro!
«Las dos situaciones de juego son similares. En ambas busqué leer con anticipación la intención del atacante que realiza la asistencia. En el primer caso, ví que mi defensor izquierdo no había seguido a su hombre que había atacado el espacio marcando una diagonal, me adelanté unos pasos y busqué realizar una salida baja, siempre atacando el balón pero en defensa del espacio porque el rival tenía la ventaja, por eso llego un poco después que él impacte el balón. Esto me simplificó la acción, porque si llegaba un poco antes o un poco después no lo hubiera hecho en el momento justo. Podría haber hecho penal o que el tiro pase antes de que yo llegue.
En la segunda jugada, estoy un poco más alejado respecto a la primera. Por ende, ataco la pelota desde más lejos aún, yendo en defensa del espacio nuevamente. Intenté estirar lo más posible mis brazos para cubrir más espacio. Logré meter en dificulad al atacante y taparle el disparo.
Desde mi punto de vista, es un gesto técnico que se debe entrenar desde jóvenes para ejecutarlo a la perfección cuando se necesite hacerlo, porque te ayuda a marcar la diferencia. En mi caso me resulta muy útil porque logro meter en dificultad al atacante dejándolo sin tiempo ni espacio para decidir.»